Encrucijada

Iba a ser un día complicado. Por la tarde, se iba a plantar delante de aquel nuevo y brillante camino que se estaba abriendo ante él para tratar de vislumbrar si era tan brillante como parecía, y si le iba a merecer la pena hacer el esfuerzo de romper con todo y avanzar por él. Pero justo después se iba a encontrar de nuevo con el mismo Camino de siempre, el que había soñado con transitar durante décadas, el que había podido recorrer al fin antes de verse apartado de golpe al arcén, para decidir si tendría el coraje y la determinación de dar media vuelta y caminar en otra dirección de una vez por todas y sin mirar atrás.

Dos caminos opuestos, una encrucijada en la que, hiciera lo que hiciera, se iba a dejar una parte de sí mismo, mientras se preguntaba una vez más por qué tenía que ser todo en su vida tan complicado.