Soñar

Se había mascado otra tragedia, habían vuelto a discutir por gente que no merecía la pena, y él había regresado a casa envuelto en lágrimas.

Pero luego, al llegar a su hogar, se encontró Sus mensajes, y con aquella magia que sólo Ella tenía una noche de mierda se reconvirtió en una colección de momentos íntimos, de, verdades innegables y de declaraciones de amor, pero de las de verdad. El se vació por completo, le dijo todo lo que tenía en su corazón, sospechando que lo que Ella encontraría en el Suyo no sería muy diferente.

Y soñó con ser paciente, y soñó con Ella entre sus brazos por fin, y soñó con una vida sin tener que soñar.

Casi Soñar

De vez en cuando había una tarde de aquellas en las que entrenaban juntos, corrían juntos, incluso les tocaba juntos de pareja de ejercicios; de aquellas en que reían a carcajadas, en que se contaban sus cosas y se sentaban a estirar uno cerca del otro; de aquellas tardes en que Ella le regalaba una de Sus miradas electrizantes, y él se esforzaba el doble sólo por si Ella volvía a mirarle.

Una de aquellas tardes en que volvía a sonreír, y casi incluso a soñar.

Soñar

Soñar.

Soñar estaba bien, soñar impulsaba su corazón, soñar mantenía viva la esperanza. Pero al comprobar que, tras casi media vida soñando, cada día sus sueños se alejaban en vez de acercarse, no dudaba en cambiar esos sueños por una sonrisa, por una caricia, por un abrazo. Un beso, lo cambiaba todo por un beso.

Soñaba con un beso.

Y vuelta a empezar…