Al final

Pues sí, se reafirmaba en lo que había escrito el día anterior, ¿por qué todo en su vida tenía que ser tan jodidamente complicado? Porque momentos como estar sentados en los extremos de una mesa de un restaurante, que sonase una canción en particular y que ambos se mirasen el uno al otro durante una eternidad, diciéndose si recordaban la canción sin necesidad de mover los labios siquiera… Eran como escenas de una película, era algo fuera de lo normal, era el puto hilo rojo, eran ellos dos.

Pero, al final, eran solo momentos. Porque, al final, él tenía planes para aquella tarde de domingo, y no eran con Ella.